Recesión 2009.

Recuerdo que en una ocasión, cuando era niño (Es triste cuando dices/escribes estas palabras, y en tu cabeza suena un “uuuuuuhh” largo, largo; snif) que caminaba de la mano de mi padre por la avenida Patria; él se detuvo a charlar con un amigo; poco a poco la conversación fue subiendo de tono y, lejos de insultarse el uno al otro, insultaban a un tal Salinas de Gortari (que en ese momento era un ignoto para mí), quesqué porque se los estaba llevando a la chingada y no sabia gobernar y su TLC y etc. En ese entonces, que esas palabras sonaban tan lejanas para mí y no pensaba en otra cosa que no fuera Mario Bros, tuve la primera epifanía de mi corta vida: Viendo una revista que colgaba sola en el aparador de un Sanborn’s, donde la portada era un hombre imponente vestido de traje y con una expresión de “Todos me la pelan” , me dije: “Algún día…”, de esa historia hace tiempo escribí en mi blog; y no es precisamente de lo que les quiero hablar hoy… pero ese hecho, que por si solo es hasta irrelevante; me vino a la memoria e hizo clic de manera perfecta ayer que veía la barra de opinión de TV Azteca y hablaban sobre el rumbo de México en el 2010.

Mencionaban el acontecimiento más estoico del año: El relevo de la Gubernatura del Banxico: El famélico Agustín Carstens.

Se supone que este año fue –o es-, un año de crisis. La historia que nos han venido vendiendo desde Abril de 2009 (mes en que se hizo publico el rompimiento en tres de la cartera nacional, el desfalco per cápita del 50% y el termino del subsidio); es la lucha contra el narcotráfico y la crisis mundial, crisis que se refleja al triple con nuestro modelo económico, que es el peor de América Latina. Este año Ortiz deja un gran equipo al gordo este. Ortiz, entre las muchas cosas buenas que hizo, esta la reducción de la inflación del 15 al 4%. Luis Téllez (que si alguien sabe de economía en el país, es este cuate) elogio el poder adquisitivo que obtuvo México en estos doce últimos años. Carstens, es obvio que llega a la gubernatura del Banxico por que ya no lo aguantaba la SHCP, pero vamos, después de 12 años de buena gubernatura, ¿Podrá el equipo de Ortiz hacer ver bien a Carstens? Esa es la pregunta que queda en el aire.

Y es el que el qué siempre se lleva el crédito o -injustamente- las criticas por la solvencia/desfalco del país, es el Benemérito Presidente. Por ejemplo, el gran patrimonio y bienaventurado futuro que se avecinaba con la dupla (En administraciones predecesoras, pero diferentes) De La Madrid/Portillo, muchos –por no decir que todo el país- culparon a Gortari de echarla a la taza del baño y jalarle a la palanca, y que cosa mas injusta. Solo paso que Gortari llego en el momento menos indicado con las ideas menos indicadas; fue una apuesta a matar o morir y lamentablemente sucedió lo peor: Quedamos en agonía. Y digan lo que digan, el mejor presidente que ha tenido este país, sin duda alguna es Porfirio Díaz. Se ve lejano el día en que se desenmascaren los vende patrias y doble cara de Benito Juárez y I. Madero, a ellos si que habían de quemarlos con leña verde.

La verdadera historia radica en mitos que nos han obligado a creer. Por ejemplo, ¿que seria de la tierra que supuestamente vendió Santa Anna al gabacho? Yo les digo: Solo serian otros miles de kilómetros de pobres queriendo pasar aun mas al norte, otros cuantos millones de Mexicanos quejumbrosos que no tienen ni para comer, pero cada año apoyan al timo fiscal mas grande del país cuando son conmovidos por niños idiotas en la televisión.

Todo fuera tan sencillo como vender para-estatales y dependencias en forma del setenta por ciento de territorio Nacional. La verdad es que nadie ha logrado nunca vender ni un centímetro de territorio, todo fue echar por la borda un poco de lastre a cambio de algo menos valioso que fue aun menos aprovechado.

La frontera norte nos esta contagiando de las costumbres, sueños, máximas aspiraciones y el miedo de una vieja Sinaloa que era tan lejana allá por los 90’s y, nuestra Máxima era escucharla en corridos. Así como contagió a Chihuahua, hoy Torreón funge entre los estragos de la violencia y un mal presidente (que, tristísimo es, que aun hay gente que piensa que Calderón es buen presidente) que dan como resultado la máxima aspiración de los niños con ser narcotraficantes; con evadir impuestos y hacer fiestas con Ramón Ayala.

En México poco a poco nos convertimos en un país de cobardes de conformismo pestilente; y esto no es cuestión ni de políticas ni políticos; es cuestión de valor, de coraje, de hartazgo colectivo de siempre lo mismo, de los mismos colores, de una izquierda que es derecha y una derecha que es hasta débil. Y esas son las verdaderas recesiones de cada año...

Quizá, con los años siga siendo lo que me convertí desde aquel día en la avenida Patria, un Idealista Veterano y derrotado, pero estaré conforme con saber que nunca cambie mi corazón por el hartazgo.